Las cuentas prehispánicas del tiempo eran muy similares pero con diferencias
en su inicio tanto en fechas como en signos, el Calendario Boban, el Códice
Telleriano y el Vaticano A ponen a Atlcahualo como inicio, Motolinia,
Ixtlixóchitl y Sahagún a Tlacaxipehualiztli, por citar unos ejemplos; además de
que ‘…discrepan mucho en diversos lugares del principio del año…’ como dice
Sahagún o como dice Motolinía: “diversas naciones, diversos modos y maneras
tuvieron en la cuenta del año…’.
Los estudios y citas al calendario prehispánico se refieren al mexica siguiendo
fundamentalmente a Bernardino de Sahagún, incluso a la fecha en Tlaxcala se
menciona este calendario al hablar de la cuenta prehispánica, sin tomar en
consideración que había un calendario propio que regía a los tlaxcaltecas en los
siglos XIV y XV.
Han pasado ya 43 años de la aparición del texto de Muñoz Camargo llamado
“Descripción de la ciudad y provincia de Tlaxcala”, concluido en 1585, el cual
inserta el Calendario antiguo formado por fray Francisco de las Navas cerca
del año de 1557, y a pesar de estas ya más de cuatro décadas poco se ha
atendido y aún más, escrito y difundido este calendario prehispánico
tlaxcalteca. (En la revista Camaxtli de la SGHEL lo publiqué en el año de 1993).
Muñoz Camargo, en otra parte de su obra dice: “Ansimesmo tuvieron cuenta del
año, ansi por el sol como por la luna, y sus bisiestos para conformar su año
tuvieron cuenta de los meses y de las semanas”. Esta cita es confusa y no está
respaldada porque no se ha comprobado que aplicaran bisiesto para compensar
el año solar.
El año náhuatl constaba de 365 días dividido en 18 periodos mal llamados meses
de 20 días cada uno, lo cual nos da 360 días, más 5 que se adicionaban al final
llamados ‘nemontemi’, considerados malos para la gente, en los que no se
prendía fuego ni se hacían actividades rutinarias.
Motolinía nos dice de Tlaxcala: “haciase en esta ciudad, entre otras muchas
fiestas, se hacía de cuatro en cuatro años, era la fiesta solemne para toda la
provincia”, que se relaciona con lo que dice el fraile Sahagún de que cada
cuatro años “echaban 6 días de nemontemi”, es decir, el bisiesto de la cuenta
actual, cita de Motolinía que puede conectarse con la de Muñoz Camargo en
cuanto a compensar la diferencia. De ser cierto, nos habla de un conocimiento
profundo de los movimientos celestes pero sobre todo del movimiento solar.
Particularmente el calendario tlaxcalteca se diferenciaba del mexica (que
siguen muchos incluso en la red), porque comenzaba el día 2 de marzo y no el 2
de febrero como se realizaba en Tenochtítlan, el mismo Sahagún dice:
“comenzaba a tantos de enero; en otras que a primero de febrero, en otros que
a tantos de marzo…”, es decir, confirma que son diferentes. Me interesa este
punto porque está mucho más cerca del equinoccio de primavera, que era el
inicio del año en muchas culturas de la antigüedad, no quedando fuera los
tlaxcaltecas.
Otra situación particular y que considero muy importante es el inicio del ciclo
de 52 años, porque en Tlaxcala comenzaba en el signo Acatl (caña) que era
hacia el oriente, es decir, por donde nace el Sol, mientras que los mexica lo
comenzaban en el signo tochtli (conejo) que es rumbo al sur; ya que habla de un
concepto religioso y cosmogónico más avanzado por parte de los tlaxcaltecas;
luego seguía (en dirección a la izquierda, contrario a las manecillas del reloj)
con técpatl (pedernal) hacia el norte que era la región de los muertos; luego
calli (casa) al poniente, que era el sitio de las mujeres y concluía hacia el sur
con tochtli.
Así, el año de 1519, fue el correspondiente al uno.caña del ciclo de 52 años, es
decir, de un xiuhmopolli, que era lo que se ha confundido como el siglo
prehispánico.
Entonces el año prehispánico tlaxcalteca se conformaba como lo vemos en la
table anexa, en el orden de meses, los significados del glifo y del nombre así
como las actividades que se realizaban. Es de notar que todo el año, las
actividades de la Sociedad tlaxcalteca están relacionadas con este calendario
religioso.
El mestizo nacido en Ciudad de México, Diego Muñoz Camargo, para dar
cumplimiento al encargo de atender la “Instrucción” sobre informar de
diversos aspectos de la Provincia de Tlaxcala, en la serie denominada
‘Relaciones Geográficas’, elabora a partir del texto que comenzó a escribir en
1576 y que conocemos como –Historia de Tlaxcala-, una adición con información
geográfica, social, una descripción constructive, principalmente de la ciudad de
Tlaxcala, un documento a partir de que se le encargó en 1580 y que concluye en
1585, mes de marzo. En particular lo referente a la Cuenta del tiempo señala:
“habiéndonos claramente informado de los principales y caziques destos
tiempos, hombres de habilidad y entendimiento…”, fundamentando de manera
muy ambigua lo que incluye.
Sin embargo, toda lo que se refiere en su obra “Descripción de la Ciudad y
Provincia de Tlaxcala” (Manuscrito 242 de la colección Hunter en la
Universidad de Glasgow, Escocia) es a partir de –cuando menos- dos fuentes
anteriores, una de ellas el empate entre el calendario prehispánico y que se
correlacionó para que iniciara el 1º de enero al igual que el entonces calendario
juliano, mientras que el otro texto corresponde al elaborado por fray Francisco
de las Navas, con mucha certeza hacia el año de 1557, incluyendo don Diego lo
siguiente: “Calendario Índico de los indios del Mar Oceano y de las partes
deste nuevo mundo, hecho y verificado por el padre fray Franco. (Francisco) de
las Navas, fraile de la horden del sor (señor) S Franco (San Francisco)”; el
autor de este calendario prehispánico tlaxcalteca estuvo en Tlaxcala entre
1548 y 1557, habiéndose determinado que el calendario debe ser del último
año, aun cuando el texto dice que en 1551 se elaboró.
Es necesario aclarar que la table de correlación de cada periodo prehispánico
con las fechas del calendario europeo son con el juliano porque en la
elaboración aun no se aplicaba la reforma gregoriana (década de los cincuentas
del siglo XVI) y es poco probable, que entre octubre de 1583 y el inicio del
viaje en 1584 a España se haya corregido al gregoriano.
Así, el 2 de marzo que se señala era su comienzo, en realidad corresponde al 13
de marzo, es decir, apenas 11 días de diferencia con el año trópico que
comenzaba el 24 de marzo con el equinoccio de primavera.
Además de los periodos equivalentes a nuestros meses, que eran 18 con veinte
días cada uno para dar los 365 días al agregar los cinco nemontemi, los
tlaxcaltecas tenían otra cuenta de 260 días con 20 periodos de 13 días
denominado Tonalpohualli (por cierto se cree que es el único códice
prehispánico tlaxcalteca existente a la fecha llamado Tonalámatl de Aubin),
con carácter adivinatorio y que cada 73 ciclos se empataba con el año solar o
trópico. Es decir, el Xiuhmopolli de 52 ciclos con 365 días y el Tonalpohualli de
73 ciclos de 260 días, comenzaban nuevamente el mismo día y año.
Cada día tenía un signo o ideograma en el siguiente orden: Cipactli-lagarto;
ehécatl-viento; calli-casa; cuetzpallin-lagartija; coatl-serpiente; miquiztli-
muerte; mázatl-venado; tochtli-conejo; atl-agua; itzcuintli-perro; ozomatli-
mono; malinalli-hierba; ácatl-caña; océlotl-jaguar; cuauhtli-águila; cozcacuahtli-
zopilote rey; olli-movimiento; técpatl-pedernal; quiahuitl-lluvia y Xóchitl-flor.
Debo mencionar algunas particularidades: En principio resalta que el signo
número 13 ácatl corresponde al primer signo de los aplicados al año, el número
13 es de buena suerte y emblemático para los pueblos prehispánicos como se
percibe en diferentes documentos además de aplicarse, por ejemplo, en su
siglo al multiplicarse 13 por 4 para dar los 52 ciclos; así el signo 18 es técpatl,
el 3 es calli y el 8 es tochtli, el mismo orden –cada cinco veces- de los signos de
los años del calendario civil o agrícola, es decir, una íntima y estrecha relación
en las cuentas.
Concluyo señalando que lo que mi querido Mario Ríos Reyes advierte: Hay un
proceso apenas visible de la evolución en el desarrollo de los signos, a partir de
un lagarto para llegar a las serpientes, o del venado al mono, además de otras
muy interesantes correlaciones entre los signos y sus sitios consecutivos.
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